Deseo ser leída de los pies a la cabeza

Nada tiene tanta importancia en el destino, cuando el final siempre es el mismo.

Si invoco el pasado, sólo reproduzco instantáneas que me trasladan a un momento inamovible. Como por ejemplo, a Ella cuando sonreía; el sonido de un día lluvioso; la tarde en la playa con mis amores. Imágenes estáticas, sonoras, con detalles incalculables.

En mi vida he absorbido cada una de las cosas/sentimientos/vivencias/espejismos creía carecer. Ahora sólo existe un rarísimo y reconocido «vacío». El puzzle, lo que falta, lo que anhelo, esa sensación… sigo buscando. La vida, la mía, es seguir buscando cada mañana, a la vez que mi despreocupada noche me compensa de placeres, y un intenso sueño.

A los pequeños instantes que merecen ser recordados y sólo a ellos, a «ese» un, uno, único segundo, es al que siempre escribo. A veces  tiene rostro de hombre; a veces  tiene rostro de mujer; a veces tiene tu rostro; otras muchas veces se pregunta «¿quién soy?».

Arraigar sentimientos eternos, que los ojos no apreciaron,
vivieron un segundo, y significaron satisfacción (meses) en mí.

Tan sólo quería un café.
Un diminuto, minúsculo beso.
Una sonrisa.
Un verso.
Vivir enamorada, aunque su rostro refleje vacío.

Maravilloso el mundo de los humanos, que con lo inerte se engaña.
Al compás del reloj diluyen su día, viviendo el espejismo de los deseos.

Si un casual despertasen, la presión existencialista los agobiaría.
Recurriendo así, – fuese  lo que fuese, sea lo que sea, cueste lo que cueste-
a lo necesario para volver a «soñar», a deambular;
alejándose de lo simple, evitando conocerse y -sin siquiera sonrojarse-
poder esconderse nuevamente en el espejismo:
La vida.

Deseo ser leída de los pies a la cabeza.

!

   © Saliary Röman

 

19 comentarios sobre “Deseo ser leída de los pies a la cabeza

Agrega el tuyo

  1. Te he estado leyendo, disfrutando y te sigo pero no te va a salir gratis: espero…, no…, exijo más de ti. Tienes madera para romperme mientras te lea. Ahora solo me gusta, nada más. Sé que puedes. Quiero que me rompas. Destrózame…

    Me gusta

  2. Hay un parque en mi ciudad por el que suelo perderme. No sabría decir por qué lo hago: flores, niños, algún perro maleducado, alguien leyendo, alguien huyendo. Un parque como otro cualquiera. Pero vuelvo. Una y otra vez vuelvo. Supongo que habrá autoridades en el estudio de los magnetismo que atraen a los humanos a ciertos lugares pero yo, en este momento, no sé nada de ello. Lo único que sé es que ya estoy aquí de nuevo, perdiéndome, sin saber cómo he llegado o cuándo me marcharé.

    Me gusta

    1. Pienso que las cosas se aprenden cuando le das un sentimiento, cuando relacionas algo común a una manifestación afectiva/emocional/experimental. De ahí viene el magnetismo -en mi caso- por ciertos detalles de la vida.
      Gracias por leerme.

      ¡Un abrazo!

      Me gusta

Replica a vivelsexo Cancelar la respuesta

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑