Sus manías, sus defectos IV

 [ 2024 ]

Sigo creyendo en la bondad de los desconocidos.
Sigo pensando que la vida es fácil y bonita.
Los abrazos nutren.
El sexo es un lenguaje vivo, flexible, transversal.
La auténtica amistad es inmortal.

Suelo cuestionar las cosas en las que creo.
Escucho más de lo que hablo.
Aprendí a prestar atención al cuerpo, las sensaciones son una brújula,
ahí siempre encontrarás la respuesta.

No tomar una decisión, también es decidir.
No dar una opinión, también es opinar.
El silencio se ha convertido en mi mejor vestido ante tanta inmediatez.
Menos redes sociales, más vida.
Cosechar mi entorno, es mi objetivo latente.
Quiero multiplicar las risas, los viajes, el aprendizaje, la escucha, las caricias, las canciones, los orgasmos.
Investigar más a fondo la piel, los sonidos, el escenario.
Quiero sincronía.

Valoro lo simple. Cuando la magia sucede por sí sola, sin forzar.

Sigo enamorada de pequeños placeres, algunos tan banales como el café bien cargado y sin azúcar; tararear una y otra vez el mismo estribillo de canciones que jamás memorizaré; leer letreros al azar en voz alta y sin razón alguna; me encanta caminar.
Sigo enamorada de placeres más complejos como el descubrir cómo estás tú realmente al escuchar lo que callas, el cómo te expresas. Da placer ver cómo recreas tu propia historia. Complace identificar todos los detalles que como seres humanos no nos atrevemos a gesticular.

Siempre hay un regalo detrás de cada revés. El dolor expande tu autoconocimiento.

Aprendí a dejar de usar las fiestas, los viajes, las compras, las redes sociales, las caricias, la negación, como intento de cura. No importa cuánta energía inviertas intentando maquillar el exterior, no funcionará, no sanará, las heridas están dentro.
Aprendí a ser valiente y observar mi dolor, enfrentándome a él con los ojos bien abiertos. Saboreando atentamente, sintiendo la amargura, gestionando la pena, de nada vale intentar huir.
Lección aprendida.

Asusta darse cuenta de que nada ni nadie te hace sentir absolutamente nada. Tú y solo tú, eres responsable y dueño de todo lo que sientes, te guste o no. Cada uno de nosotros decidimos qué queremos sentir cada vez.
Aceptar la responsabilidad completa de todo lo que pasa en nuestras propias vidas es tarea de valientes.


«Ningún evento, circunstancia o persona previa puede afectar tus emociones sin tu permiso. Sólo tú eres el que te hace sentir algo, positivo o negativo, por la forma en que interpretas ese evento pasado»
Brian Tracy


Veo a la pérdida directa a los ojos, con tranquilidad.
La muerte no tiene la capacidad de arrancar la vida vivida.
Nada sembrado en mí, podrá ser quitado de mi pecho.
Mi depresión sirvió para honrar aquellos momentos que amé, y seguiré amando.
Sirvió para ver a mis amigos renacer, recordándome quién soy. Fortaleció vínculos.
Me hizo débil, torpe, injusta y humana. Me hizo trizas, y me ha regresado aliviada, ligera. Agradecida.

Sigo pensando que en la vida una se enamora con el 100% de su ser sólo una vez, y aquella idealización se difumina. Aquellas ganas de amar se rompe en pedazos, y a lo largo de la vida vas reconociendo esos trozos en distintos gestos, en varios casi algo, en amigos, en hobbies, mas nunca nunca todos reunidos de nuevo en un mismo ser. Tras cada experiencia, vas mejorando el concepto del amor, te vas conociendo mejor a ti mismo. Añades a la lista cualidades más humanas, y depositas tu confianza en que alguna vez volverás a sentir algo igual de potente, algo real.


Sigo encontrando tranquilidad en el agua.
Disfruto dormir abrazada, rozarte.
Disfruto mirarte a los ojos, perderme.
Besarte como si quisiera borrar nuestras bocas.
Olerte, me encanta olerte.
Amo mi ombligo contra tu espalda, danzando.
Me estremece sentirte agitada, sedienta.
Más piel, mucha vida, más tocar,
tocarte siempre.
Disfruto siendo agua.

Aprendí que todo sabe más rico cuando se hace con amor,
pero el amor no siempre es suficiente.
Algunos deseos se hacen realidad, algunos planes no. Doy gracias por ello, aunque duela.
La vida te hace cambiar de paisaje, de almohada, de sueños.

Entendí que incluso hablando el mismo idioma, la comunicación puede ser un desafío.
La honesta realidad es que en cualquier tipo de relación, si sientes la constante necesidad de cambiar algo en la otra persona, tú no necesitas que ese alguien cambie, lo que tú necesitas es cambiar de persona.

Quédate con un ser hambriento de ti. Que admire tus fortalezas, acepte tus defectos. Aquella persona en cuyo interior no haya dudas y esté dispuesta a crecer contigo.
Escucha el cuerpo, escoge a ese alguien que nutre tus alas, respeta tus caídas. Ese alguien que suma armonía, ese alguien imperfecto al que no cambiarías.
Elígete a ti mismo ante cualquier duda.

Aprendí que el tiempo es la herramienta que pone todo en su lugar.
Aprendí que las personas sí cambian, para bien o para donde sea que apunten sus pensamientos.
Invierte tu día con honestidad. Invierte tu tiempo en educarte, en quererte, en mimarte.
Todo en lo que te enfocas, se fortalece.
Todo a lo que dejas de prestar atención, se debilita.
Créeme, el tiempo todo sana. Siempre volverás a sonreír y a ilusionarte. Te lo prometo.

Existen diferentes ritmos dentro de mí.
A veces soy una melodía profunda, llena de ideas e instrumentos.
Un trombón desafinado cuando el periodo se acerca.
O un piano apasionado que no cesa de gemir.
A veces soy firme y vibrante, como mis decisiones.
A veces soy tan simple como un tarareo.
Puedo ser risa, ira, o múltiples silencios.

En mi interior siento que pertenezco a muchos lugares, también sigo sabiendo que aún no he encontrado el mío.

Soy dueña de mi intimidad y los besos entregados.
Continuo siendo dueña de lo que he dicho, responsable de cada error,
responsable de cada acierto.
Sigo siendo aquella mujer capaz de seguir creciendo.
Capaz de seguir amándose, muy capaz de amar.
Continuo disfrutando de cosas sencillas. Valorando calidad.

Sigo siendo ese ser que errores comete, aquí hay mucho por mejorar.
Me siento satisfecha de la mujer en que me he convertido. Aunque seguramente siga sin aprender algunas lecciones que la vida ha tratado de enseñarme, será que todavía no ha dolido suficiente.

Dentro de mí está la paz que necesito. Percibo mi mente y cuerpo como un buen hogar para habitar, no es un espacio perfecto, pero es un lugar honesto, donde se respira armonía la mayor parte del tiempo,
mi lugar seguro.

  © Saliary Röman


Gracias ❤️!


[ 2012 ] 👈


10 respuestas a “Sus manías, sus defectos IV

Add yours

  1. Hola , este libro EL PLAN DE TU ALMA, de Robert Schwartz, es muy interesante, con respecto a lo que escribes, dejo esto , el hombre y la mujer son seres perfectos , solo lo han olvidado , pero tienen la capacidad para recordarlo , solo es cuestión de buscar dentro de si , en los lugares profundos, donde yacen los recuerdos ☺️

    Me gusta

Cuéntame, qué te trae por aquí.

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑