Carta al ayer

Ser de luz, no sé en qué momento cambió todo. Cuándo dejé de ser interesante y objetivo.

La vida pasa para todos, ¿sabes?. Aunque estemos a centímetros o a kilómetros, no percibimos la realidad de igual forma. Cada quien reproduce la película que quiere vivir. Vivimos todos en esta tierra juntos, pero en escenas diferentes, vemos lo que queremos ver (lo que somos), y juzgamos.

Ahora, estamos en realidades paralelas, queriéndonos odiosamente. Despreciando cualquier recuerdo que nos haga ceder. No esperaba un final tan vulgar. Te quiero con desprecio porque estoy muy triste. Suspiro constantemente, reprochándome el quererte, reprochándome debilidad. Quizás el futuro en algún instante me haga recordar aquello tan cruel que hice, que ha causado tu retroceso: virar, aparentemente sin ningún por qué, sin aviso previo. Y encuentre por fin sentido a todo este ruido que llena mis silencios, mis vacíos. Me tranquilice, deje de suspirar en esa dirección al viento.

¡Viva la Frida!

Ahora mis días se presentan curiosos, con ganas de salir de aquí, de la incógnita. Quiero llenar mi vida de respuestas a preguntas que no te pertenezcan. Atesoraré cada minuto vivido, pues viví con pasión, he cumplido sueños. Estoy muy agradecida con mi pasado, pues me hace ser la persona que hoy soy.

Te irá bien, porque te lo mereces. Mis mejores deseos.

  © Saliary Röman


¡Viva la vida!

❤!

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4 comentarios sobre “Carta al ayer

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