La realidad que sé de ti,
no es más que el fuego insaciable de tus caricias.
La respuesta continua a seguir bailando.
La energía inacabada de tus desvelos.
Has derribado el hecho mezquino de hacer de mi cuerpo sólo mío,
conquistado mi terreno,
has logrado vencer toda contradicción,
y plantado tu bandera.
Tú maravillosa sonrisa y celestial bandera.
Me alimentas, enseñas.
Respetas mi aislamiento,
Bailas con mis gestos.
Cantas una y otra vez, la misma burbujeante tonada: cómo ser aún más libre a tú lado.
de ©Yayoi Kusama
Aquí estoy una vez más, como si fuese la primera vez que devoran mi boca.
La primera vez que dejo entrar el aliento ajeno en mi garganta,
observo el efecto dinámico del viento, tu bandera, tu fuerza, tu ímpetu, tus ganas de vivir…
Y de nuevo surge de la tierra, la inevitable erupción,
la arrogante sinceridad de la razón…
Mi egoísmo unisono, la realidad que sé de mi:
«Sólo solos somos libres».
© Saliary Röman
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Gracias a los que vienen y van.
Gracias a los que se quedan.
❤!
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El cuento de Saliary 
Me gusta muchooo como escribes, pero estás segura de que «sólo solos somos libres? No sé no sé… 🙂
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Eso aún está por confirmar o erradicar… Por el momento, mi libertad es ampliamente solitaria.
¡Un abrazo!
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