Sí, que bien se siente cuando simplemente entre tanto ambiente eres tú.
Es maravilloso decir y hacer de forma natural todo lo que realmente eres.
Sentirse libre, probar libertad es el premio que se recibe al esfuerzo de independencia total, sentir que llevas tus propias riendas hace que cada fracaso te haga buscar mejores respuestas, y hace que cada alegría sea una “auto-felicitación” poderosa bien merecida.
A lo largo de la vida he descubierto personas maravillosas que me han fortalecido en mis decisiones, y otras tantas que al ser un obstáculo me han ayudado a estar preparada ante cualquier adversidad.
Son muchos los seres que me he cruzado en mi camino, y pocos los que han dejado huella en mi –imagino que a todos les pasará lo mismo- un día de repente conoces gente que son la respuesta a grandes problemas, o conoces gente, de manera que tu caja de conflictos existencialista vuele a llenarse.
Hace poco me pasó algo similar, mi caja de dudas se abrió paso de nuevo.
En una relación personal –nuevos amigos, nueva pareja…– no me planteo conocer gente “hablando de verdades”, es absurdo ir por el mundo con esa presión en la cabeza. Yo solo soy, no tengo que auto-juzgar lo que digo/hago/pienso, no voy por el planeta cuidando mis palabras, eso es –como mucha gente es de sí misma- una cárcel. Una cárcel enorme, a la que no estoy dispuesta a llegar. Con lo bonito que es ser natural, simplemente ser uno mismo.
Tener tus propias riendas es saber disfrutar de las alegrías, saber compartir tu propio dolor sin maltratar a tu prójimo, es compartir tus triunfos y triunfar día a día en tu propia existencia.
En el placer de sí mismo se descubre que el anhelo de influir obsesivamente en el prójimo, de resaltar sobre él, de demostrar cosas a la sociedad, carece de valor. Es sí y sólo sí, un derroche de energía. Energía que se expande por el mundo negativamente y de la cual no tendrás nuevamente la posibilidad de disfrutar.
Sonreír es cuando deseo decirte que me agrada tu presencia, que me gusta de lo que hablas, o que estoy escuchando. Preguntar es la manera de mostrarte que entendí lo que dijiste, que me inquieta la respuesta que puedas darme.
Estoy en desacuerdo con los complejos. Y es a causa de éstos que las personas malinterpretan tus actos –mis actos, en este caso- una sonrisa agradable se minimiza en un “buf, la tengo colada”, cuando en realidad solo pretendía SONREÍR. Un abrazo de fraternidad se minimiza en un “Bah, quiere lío”. Mis sinceros sentimientos son codificados por tus complejos y minimizados en tus justificaciones. HAY QUE VIVIR HUMANOS..!!!!
Vivir la existencia y única vida que tenemos ahora. Dejar el hambre por ser protagonista en la vida ajena, y permitirse ser protagonistas es sí mismos.
Comprendo a todas las personas que se esconden de sí mismas, tras una camiseta, un coche, una canción, tras su trabajo, tras su pareja o quizás tras su silencio.
Detrás de una armadura puedes protegerte de la denigración del complejo ajeno. Puedes protegerte con celos, con enfados, con rencor, con mentiras, con agobios, con distancias; pero recuerda que un escudo te protege del exterior, y también, no permite que los otros vean lo que realmente eres, tu resplandor. Sólo pueden ver las respuestas que envías ante la amenaza de las discrepancias humanas.
VIVIR, SER FELICES, DISFRUTAR DEL RESPIRAR, DEL DÍA, DE LA NOCHE, DE LA HERIDA DE TU MANO, DEL TROPEZÓN EN LAS ESCALERAS, DE LA RISA DE TUS AMIGOS…
VIVIR.!!! DISFRUTAR FELICES DE SÍ MISMOS.!!!
Disfrutar de esta vida y dar lo mejor de sí. QUE AL MORIR LOS ÚNICOS QUE PODRÁN DISFRUTAR DE TI, SON LOS GUSANOS.
© Saliary Röman
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