La soledad siempre está hablando,
parlanchina, arrogante, e indiscreta.
Habla de la lejanía que te mantiene adherida a borrosos recuerdos.
Del silencio que pronuncia con dulzura palabras.
Habla de sí misma mientras te envuelve entre sábanas.
De lo que llegaste a decir, de lo que callas,
y lo que nunca podrás pronunciar.
‘
El caer de las fresas en la copa de champán.
Burbujeante.
Apareces en mi memoria, haciéndome sentir en el abdomen, la noche estrellada.
Tiritante.
Llegas, sin prisa.
El reloj es tu subordinado, reina y señora de las cosas cotidianas.
Danzas entre la multitud, te adueñas del momento, del fervor.
Apasionada de los detalles.
Haces de tu fuego, el ahora, el para siempre, el fin.
La oscuridad a ti Mi Señora rinde pleitesía.
Cuando tus profundos ojos no ven la luz, se crea para ti el poder del silencio.
Cuya melodía siempre es la misma, tan tuya, tan única.
‘
Tus silencios en mí, son estruendosos, agobiantes.
Tus silencios Señora, me llenan de vacío. Se apoderan de todo sonido.
Tu ausencia me devora, me carcome, me hunde en el abismo de mis pensamientos.
A veces invento historias, de que quizás,
por algún motivo desconocido, tú, Mi Señora, en mí piensas.
Piensas en mí, no siempre, no en todo momento, no todos los días,
pero quizás, sólo quizás, en algún instante. Cuando la brisa acaricia tu pelo.
Cuando el viento te besa con fuerza. Cuando algún dedo toca tus labios.
O quizás, cuando tus bellas manos de Señora rozan la suavidad de algún lejano recuerdo.
‘
Soy un vulgar escurridizo, que sólo anhela morder su boca para calmar la ansiedad.
Mis pensamientos vuelan a cada vez más lejos. Se apartan de Mi Señora.
Escapan atemorizados hacia el bullicio.
Vuelan y bailan con lo que sin ella es siempre vulgar, lo cotidiano.
A cada día se deslizan, huyen pletóricos lejos del recuerdo de sus besos.
A cada noche, regresan, adictos, esclavos, resignados,
a disfrutar de lo que Mi Señora a dejado junto a su ausencia,
a disfrutar del silencio.
‘
© Saliary Röman
_______________________________________________
¡Mil gracias por leer!
¡Amores míos!
❤!
¡Mil gracias por leer!
¡Amores míos!
❤!
Cada vez que escribes, recibo un correo y me pongo en marcha.
Siento que cruzo el océano a nado para venir a verte…
… y siempre vale la pena.
Me gustaMe gusta
La verdad sea que, cuando tú te callas, y me miras desde lejos,
sin dejar que yo te vea, me angustio.
Creo que, quizás algo anda mal. Algo no está bien escrito.
Y es cuando, casi por invocación, regresas a mi,
dejando una huella de tu rastro.
¡Un abrazo!
Me gustaMe gusta
Aqui sí Saliary 😉 Musa y Poeta a la vez :* 🙂
Me gustaMe gusta
Simplemente quedÉ anonadado!Gracias por exisitr! gracias por escribir tan hermoso!
Me gustaMe gusta
Muchos créditos, para una rubia vergonzosa. ¡Un abrazo!
Me gustaMe gusta
Reblogueó esto en A vueltas con las letras.
Me gustaMe gusta
Me gusto mucho como hablas de esa «soledad parlanchina» Abrazos 🙂
Me gustaMe gusta
La soledad parlanchina es estruendosa.
Gracias por leerme, un placer.
Me gustaMe gusta