A quien concierne

A todas las cosas,
los cambios,
los accidentes,
las rutas, desvíos, rotondas,
huecos en el asfalto.

A los tropiezos,
cada movimiento,
cada esperma que no llegó a su fin,
a las caricias de dos cuerpos,
las veces que intentaron crear,
las veces que rieron juntos,
las lágrimas tras el orgasmo.

A el paisaje tras una sonrisa,
el baile en los ojos.
A la carcajada que exaltan los brazos,
y el cómo cocina el amante sus palabras en otra boca.

A la valentía de la curiosidad,
a los rastros de infancia.
A cada cicatriz que la vida ha dejado,
las tristezas, las decepciones,
los defectos, los desafectos, el olvido.

A cada centímetro de sendero,
su ropa, su desnudez, su melancolía,
la fuerza de su imagen.
A la incertidumbre,
cómo atora sus mensajes en el buzón,
los fragmentos de canción.

A ver la risa florecer,
la seguridad en las pisadas,
la humanidad,
la energía reluciente que trasforman los poros en agua.
El río de bienestar que desprende la pasión.
La fe en las metas.

A los recuerdos que nunca se podrán borrar,
al presente que une piel con piel,
al espejismo del mañana.

Satisfecha,
con aquel espermatozoide que sí llegó,
a la infancia que hizo a la mujer,
a las decisiones que nos trajeron hasta aquí,
al día en que nuestros segundos se juntaron.

A el amor que traes a mí cada día.
A la sencillez de un amor sin pretensiones, ni ansias.
A la calidez de las palabras,
al cómo su presencia es el toque artístico en mis ojos.
A la inspiración que toma vida.
Inmensurablemente amo,
al deseo,
que se ha cumplido.

A todos ellos amo,
a todos ellos,
escribo.

  © Saliary Röman

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Amores…
❤!