Hoy no estoy preparada para ser una persona normal

 

NO. HOY NO. Hoy no estoy preparada para ser una persona normal.
No quiero dejar de soñar sólo porque la alarma ha sonado.
No quiero despertar para vivir en tierra de muertos.

Hoy no estoy dispuesta a seguir las normas del «no hacer».
Hoy no valgo para despertar y pasar el día sonámbula, creyendo vivir,
olvidando lo que hago hoy, tanto como olvidé el ayer.

Voy a dejar que la felicidad de la intuición me guíe.
Quizás descubra que la respuesta a mis preguntas han estado siempre a la altura de mis ojos,
al son de mis latidos.

Hoy mi boca quiere besos, pide amor.
Piden besos que borren el pasado,
que refresquen el instante, que hagan migas con el sol.

Hoy necesito vivir. Necesito que se quede tatuada la saliva.
Que se renombre mis deseos, necesito ser regresada al ahora.

 

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Quiero entregarme al alba, fundir mi piel en cada mirada.
Quiero sonreír a los extraños. Me apetece comprender que ellos también han caído en las riendas de la normalidad.
Me apetece pensar que llevan la carga de sus decisiones a cuestas (quizás por eso no responden a mi sonrisa, porque las riendas pesan, la madurez pesa. Aparentar estar vivo, es carísimo).
Quiero con locura decir: Esos labios son míos. Y hacer con ellos lo que los agujeros negros hacen con la eternidad.
Quiero dar gracias a la vida, y que no haya necesidad de obligarla a responderme.
Quiero encontrar oídos que no tengan miedo al silencio… Bocas que no tengan miedo a la soledad.
Quiero que se expanda la oscuridad, que los ojos no juzguen, y ver cómo los humanos resplandecen a la luz de sus latidos.

Quiero que el llanto me enseñe cómo se acaricia una mejilla.
Quiero que el dolor que siento se despida con una sonrisa.
Quiero que mientras juzgue mis propios actos, mis alas no dejen de botar,
y la realidad de la crueldad, no sea más que anécdotas de las qué reírme antes de dormir.
Quiero que los errores no agujereen, enseñen.
Quiero que el amor no se alimente sólo para sobrevivir, y que viva sólo lo que con amor se alimenta.

Al Dios que exista:
Hazme descubrir la belleza, déjame ver cómo se crea poesía tras un gesto.
Déjame ser, sin importar consecuencias.
Elimina mis propios reproches, que son el peor enemigo que habita mi cuerpo.
Deja que las gotas de niñez que aún quedan, me enseñen la fe en vivir.
Hazme lograr reírme de las caídas, porque encontré la gracia del equivocarse sin perder.

Quiero querer. Querer, locamente querer, y que la locura no sea un pretexto.
Liberar mi cuerpo de tensiones obscenas que pudren el alma.
Quiero una piel sin color, conocimientos sin categorías, favores sin devoluciones, brazos siendo felices, almas conociendo almas, venas refugiando amor, y calmantes apasionados.
Deseo la curiosidad sea parte del desayuno.

Quiero pasión.

Pasión para vivir. Pasión para no morir.
Pasión para invocar la amabilidad, y pasión para encontrala.
Creer en la bondad de los desconocidos, y ser yo el desconocido que resplandece ganas de existir.
Creer en la verdad de las miradas, en el calor de las sonrisas… Quiero dar todo el amor que existe dentro de mi.

Quiero pasión para creer que somos más que un mundo lleno de lo que nunca hemos querido llenarlo.

Quiero tener la culpa de ser feliz.

  © Saliary Röman 

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¡Amores Míos quiero veros feliz!
❤!

21 respuestas a “Hoy no estoy preparada para ser una persona normal

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