La incontinencia y el padecimiento de texto

[Esto no es un poema]

Soy experta en encontrar el caos.
Soy altamente incompetente en expresar lo que siento.

Escribir un “poema”,  suele tardar una semana.
Soy corta de palabras, tímida.  Me cuesta muchísimo seguir una conversación, y es que, en la mayoría de ellas no estoy interesada. Aún así escucho, mientras algo dentro de mi siente que la hipocresía transluce en las pupilas del charlatán.

Me considero mala amiga, no suelo estar pendiente de mis amigos, no suelo llamar, no suelo enviar mensajes, soy ausencia en los buenos tiempos, y constante cuando la tempestad asecha. Estoy con los míos, cuando ellos pasan malos momentos, y a veces, ni eso.  Y es que he hecho de la soledad mi logotipo. Soy solitaria por placer, me gusta contar con mi tiempo, todo para mi, desde el segundo uno, en que despierto, hasta que caen mis ojos. Solitaria, egoístamente solitaria.

El espacio es lo que me mantiene viva. Soy toxica ante cualquier lazo emocional, huyo más veloz que nadie ante cualquier fijación, por mínima que sea… Me aíslo.

 La bendita soledad me tiene entre sus brazos, me ama, la amo.

No es que no quiera afecto colateral – sólo Dios sabe cuánto quiero a los míos- es que mi burbuja vital necesita oxígeno. Me siento incapacitada de “tener que» estar en contacto; soy incapacitada para ello. Porque así como me cuesta expresar lo que siento, valoro infinitamente cada palabra que sale de mi boca, y me niego a transformar mi boca en una máquina expendedora de “te quiero”. Quiero, infinitamente quiero, pero el amor es tan sublime, que no debe ser cuadriculado por el mundo tan vulgarmente. El amor debe demostrarse (incluso desde la lejanía) debe ser como un pellizco pequeño, que llama tu atención por un instante, y te hace recordar que estas viva.

Ya hace años me harté del los “te quiero”, “cuenta conmigo”, “te escucho”,  de propaganda. Me harté del consumo de corazones. Sigo creyendo que el mundo lo que necesita es amor, pero la mayoría de los habitantes de éste planeta, confundimos el amor con objetos; la pasión con el sexo; al noble con el tonto; y  los corazones de plástico están disponibles por docenas y a domicilio.

No puedo, YO NO PUEDO con tanta hipocresía. No puedo con tantísimo de nada. Tantísimas risas huecas. ¿Dónde está nuestro desinterés? ¿Existe el te doy lo que soy, porque lo que soy es lo que me gusta? ¿Dónde quedó el soy? De verdad… Me harté de copias 3D. ¿Por qué existen tantas personas queriendo ser otros? ¿?¿?¿?¿?¿
Luego, hay seres únicos a los que miramos de reojo porque “no encajan”.

He aprendido a amar mi soledad, a ella sí que la amo.  Soy una persona que ahora se siente impotente de dar lo que no tiene (no nací con la falsedad incluída, nací con un carácter de cuidado intensivo). De joven sin duda, di mucho, intentaba encajar (al mismo tiempo que otros intentaban encajar conmigo). Hasta que descubrí que me estaba mordiendo mi propia lengua, enseñé a mis oídos a dejar entrar las palabras, y fue cuando me di cuenta de que la copia que hice de mi, no era ni por poco lo que yo deseaba. No deseaba ser lo que los demás deseaban, no quería cumplir los sueños de nadie, no deseaba ser el ejemplo de nadie, ni la oveja de ningún color en mi familia. No quiero ser nada más allá de lo que mis alas por si solas puedan dar al viento.

Ni siquiera puedo creerme cómo se complacen unos a otros a mentiras. Las mentiras no llenan, crean úlceras. ¿En qué guerra estamos? La gente se decide “ultra” en un bando, pero no apoyando a los suyos, sino atacando a los contrarios. La solidaridad se resume en un “me gusta” o “RT”, y cuatro gritos mal escritos en las redes sociales. Escupimos hacia arriba, y nos olvidamos del escupitajo. Los “estoy haciendo esto y lo otro” en la web, son el boom de la asocialidad. ¡Cuándo dejamos de conversar! ¿Quizás desde el primer retoque del selfie?…

Mi corazón se comprime, duele, cada vez que intento decir algo, y un “ting” de algún móvil deja mi conversación en el olvido. Me duele, de verdad, mi corazón duele, cada vez que hablo para ser reconocidamente olvidada. No soy dueña de mis palabras, pero sí de mis silencios, y es por eso que a más años, menos comparto de mi vida, porque por lo menos, retomar el tema de la  “temperatura” es fácil, duele menos.

Y de ahí las consecuencias: “nunca hablas de ti”. ¡No se trata de hablar de mí!
¡No soy una máquina expendedora! No hablo por hablar, y menos de mi intimidad, la vida es tan corta y tan bonita… No me sienta bien al estómago mezclar algunas de mis palabras, con la vulgaridad de algunos oídos. Y es que, si a mí no me interesa de corazón un tema, no opino, no pregunto.

Frida Kahlo
«Tú mereces lo mejor de lo mejor porque, tú eres una de esas pocas personas que, en este mísero mundo siguen siendo honestas consigo mismas y esa es la única cosa que realmente cuenta» Frida Kahlo
Photography by © Mario Salmi

Ahora bien… Vamos hablar con palabras ( yo prefiero escribirlas):

  • El “amaos los uno a los otros”, no se trata de estar de acuerdo en todo los unos con los otros, ni siquiera pertenecer al mismo “bando”, pero sí, respetaros todos. La verdad está en la diversidad de las palabras, no en el “me enojo porque no piensas como yo”.
  • Amaos los unos a los otros, significa que al sexo se llama sexo; y al hacer el amor, se llama hacer el amor. No hay un por qué para engañarnos, la piel no es ciega. Cuando no te aman , no te aman, los poros no mienten.
  • Amaos los unos a los otros, significa que, yo voy a estar contigo incluso cuando no estoy. No por estar pegado a ti estaré ayudando. El amor resplandece ante los malos momentos, en las buenas etapas apenas se nota.
  • Por favoooooor gente, por favor: conversar. Si antes sufríamos del nerviosismo en los silencios (hablamos ya de cualquier cosa, porque tenemos miedo a la ausencia de palabras), ahora padecemos de texto, la enfermedad de los mensajes instantáneos. Nos interrumpen la rutina saludable, con treinta tóxicos emoticonos y mensajes ausentes de contenido.
  • No seamos existencialistas, pero tampoco dejemos que se muera la pasión. Hablar por hablar, en un mundo que ya habla poquísimo es desperdiciar saliva. Yo soy la primera que no toco temas personales, y tampoco me gusta tocar la vida ajena. Los silencios son preciosos, tienen magia por sí solos. Si no tienes nada qué decir, no digas nada. Pero que lo que por tu boca salga, seas tú.
  • Éste año me ha enseñado infinitas cosas. La más importante es no tener miedo a caer. ¡No pasa nada por rendirte! ¡Es maravilloso! Jamás pierdes si tomas tú mismo la decisión de dejar “la pendejada”, ser consciente del problema, tirar el trasto viejo a la basura, y volver a empezar. ¡Ves magia!
  • La verdad está en la intuición. En lo que sale del fondo –profundo- del pecho. No existe máquina de la verdad más asertiva. Que no te vean la cara de estúpido, porque tendrán razón. Los actos no mienten, los gestos son cosas, las palabras son materia. El que no sabe escuchar, es un activista en el partido de los tontos.
  • Tal parece que, difuminamos conceptos. Se pierden los sinónimos entre las grietas de la horrografía. De nada sirve dar mil pasos, si no se ha aprendido del camino. Llamar a las cosas por su nombre, y ser siempre, siempre ser. Lo más bonito de ser tu mismo, es que sabes con certeza quiénes son parte de ti.
  • La vida no es una competencia. Naciste solo, morirás solo. Deja de disminuir tus desaciertos comparándote con errores de otros peores a los tuyos; en tal caso, toma de referencia al mejor de tu “eslabón”, y ni eso, todos somos indescriptiblemente una única máquina de avance. Nadie puede superar a otro, más que a sí mismo.
  • Yo soy oídos hambrientos, no me llenes de aire frío, resquema.
  • Al pan, pan. Al vino, vino. Deja de mentir, deja de “quedar bien” con toda la comunidad (asegúrate de ser tú mismo, un día de tu vida antes de morir). Así como el amor, el que es de verdad, se nota.
  • Ser feliz es gratis, empieza por sonreír (aunque cueste, a mi me cuesta mares, muchísimo).

La tranquilidad de dormir a gusto, de ser un ser libre, es incompensable.

  © Saliary Röman

__________________________________________
¡Aprovecha bien el hoy, mañana será otro día!

❤

¿Te apetece que versemos sobre ti? ☛ Responde estas cortas preguntas.

56 respuestas a “La incontinencia y el padecimiento de texto

Add yours

Cuéntame, qué te trae por aquí.

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑